Cuando empiezas a crear tus propios caminos, con ellos, llegan las rosas, los días soleados, pero también llegan las piedras, los posos, los muros, los días nublados, la lluvia. A veces el camino se vuelve difícil, y te encontrás solo en el medio de la nada, te caes, y aunque te duela te levantas y seguís; de repente capaz que te encontrás con un muro, algo que no te deja avanzar, pero tenes que encontrar la manera y atravesarlo, tenes que aprender a caminar bajo la lluvia, y cuando te caes a un poso, que te sentís a 100 metros bajo tierra, tenes que encontrar la manera de salir. A veces cuando el camino no nos lleva a ningún sitio. y solo damos vueltas, y chocamos mil veces con los mismos obstáculos, esta bueno cambiar el camino. Pero cuando el camino se cambia, a veces da miedo. Da miedo enfrentarse a cosas nuevas, y salir de eso que ya conocemos, a veces el pasado nos aferra a ese camino, y nos cuesta empezar el otro. Todos los cambios en la vida son complicados, también pasa que nos quedamos en el medio de dos caminos, y frenas, y miras hacia atrás; todo lo recorrido, esas piedras atrás tuyo que te marcan tus errores, esos posos que te marcan tus bajones, esos muros que contienen tus complejos y tus miedos, todas esas cosas, cuando ese camino ya no te sirve, tienen que darte fuerza para iniciar algo nuevo, con más experiencia, para en el nuevo recorrido, no encontrarte con los mismos errores. Y si en el nuevo camino, también se te complica, nunca dejarse vencer, y continuar adelante, no importa que tan malo pueda ser algo. Si todo lo bueno algún día termina, lo malo también.