Aprendí que las palabras tienen valor, que las más simples palabras te pueden alegrar o destruir el día, que las palabras son necesarias decirlas a tiempo, porque a destiempo ya no sirven, que decir si o no, te puede cambiar todo; descubrí que el corazón y el cerebro se contradicen todo el tiempo, y que aquel viernes a la noche fue mi cabeza que hablo, y te dijo NO!, y todas las demás palabras sobraron, quedaron clavadas en mi corazón como espinas, como esos pequeños alfileres que pinchan, esas palabras se perdieron en mi garganta, porque nunca cumplieron su destino, se quedaron ahí, trabadas, y son las que cada noche forman ese pequeño nudito en la garganta, pero ahora, recién después de 6 meses, comprendo porque mi cerebro lo callo, porque mi cabeza dijo que no, mi corazón estaba siendo egoísta, y no quería actuar por amor, ya estaba actuando por capricho, por obsesión, esa obsesión que se me estaba llendo de las manos, esa obsesión que tenia que frenar, y mi cerebro le puso un alto al asunto. Ese viernes termino la historia, ahora entiendo todo, vos no me amabas y yo no te amaba a vos, pase meses y meses llorando por un capricho, pero es así, la obsesión y el amor se confunden tanto, pero para el amor tiene que haber 2 y yo estaba sola, intentando amar algo sin sentido, perdiendo todas las batallas.